MUJERES DESTACADAS
Fue la primera mujer africana en recibir el Premio Nobel de la Paz en 2004. Lo hizo por su incesante trabajo por recuperar el planeta. Hablamos de la bióloga, ecologista y feminista keniana Wangari Maathai
En 1940 nacía Wangari Maathai en una pequeña colonia, por entonces británica, situada en las zonas altas de Kenia. En aquella época, las mujeres de la etnia kikuyo, a la que pertenecía Maathai, estaban abocadas al trabajo en el campo. Sin embargo, la vida de esta keniana fue muy diferente al del resto de las niñas en su misma situación: pudo estudiar, y esto marcaría su vida.
Con 8 años, Wangari comenzó a ir a la escuela en su pueblo natal. Fue allí donde destacó por sus buenos resultados académicos. Estos le permitirían acceder a algo que no todo el mundo lograba: una beca para estudiar en Estados Unidos. En 1964, se graduaba en biología.
Tras graduarse, decidió realizar un Máster en Ciencias Biológicas en Pittsburg, en donde, por primera vez, asistió a un evento ambiental en el que se buscaba limpiar el aire de la ciudad, y reducir así la contaminación atmosférica y mejorar la calidad de sus ciudadanos. Este fue su primer contacto con la protección del medio ambiente. Poco a poco se fueron avivando sus inquietudes medioambientales y su activismo por los derechos de las mujeres.
Una vez finalizado sus estudios, Wangari Maathai regresaba a Kenia en donde obtuvo un puesto como ayudante de investigación en microanatomía en la Universidad de Nairobi. Más tarde, continuaba sus investigaciones en un par de universidades alemanas hasta que, en 1970, regresaba a Nairobi en donde obtuvo su Doctorado en Anatomía Veterinaria.
Con este doctorado, conseguiría el primero de sus hitos: ser la primera mujer de África Central y Oriental en obtener una titulación universitaria. Pero este hito no fue el único en su vida ya que, en 1975, se convertiría en la primera mujer Jefa del Departamento y Profesora Asociada (1977) en la Universidad de Nairobi.
Wangari Maathai por la igualdad de género
Su activismo comenzaría en la defensa de la libertad de cátedra en un país autoritario y corrupto como era Kenia. Para ello se respaldó en la Asociación de Mujeres Universitarias donde sumó a su lucha la necesidad de acabar con la discriminación salarial y promover la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en la docencia.
En 1976 se unía al Consejo Nacional de Mujeres Kenianas y posteriormente, en 1982, pasaría a ser la directora de esta asociación que tenía como fin empoderar a las mujeres del país.
Wangari combinó su lucha feminista con el activismo ecológico. La keniana tenía la creencia de que el ecologismo podría ser un modo viable para lograr un desarrollo sostenible que mejorase los problemas en Kenia.
Esta idea motivó a Wangari Maathai a fundar, en 1977, el Movimiento Cinturón Verde. Comenzaba así, el trabajo conjunto de miles de mujeres en la plantación de árboles con dos consecuencias directas: mejorar su propia situación económica y luchar al mismo tiempo contra la deforestación, la erosión y la sequía en el continente.
La política fue otro de los ámbitos en los que Maathai también estuvo presente. Lo hizo como parlamentaria en Kenia y formó parte del Consejo de Honor del World Futuro Council. Su lucha por proteger los espacios naturales del país africano la llevó a ser encarcelada en múltiples ocasiones. Aun así, y fruto de su defensa de la biodiversidad, en 2002, Maathai fue nombrada viceministra de Medio Ambiente.
Un par de años después, en 2004, llegaría su mayor reconocimiento internacional; el Premio Nobel de la Paz por «su contribución al desarrollo sostenible, a la democracia y a la paz». Con el se convertía en la primera mujer africana en recibir esta prestigiosa distinción. Otro hito más en la trayectoria de Wangari.
El día que Maathai murió en 2011, y gracias a su incansable labor de lucha y concienciación durante toda su vida, aportaba al planeta un legado de más de 47 millones de árboles plantados y organizados en 3.000 viveros atendidos por 35.000 mujeres. Actualmente, el Movimiento Cinturón Verde sigue trabajando bajo la idea de que la lucha por proteger la naturaleza y el medio ambiente es la única vía para construir un planeta más igualitario y sostenible.