El ejército de EE.UU. ha gastado un número incalculable de dinero para desarrollar armas de guerra: armas láser, motores nucleares, aviones hipersónicos, máquinas tan sorprendentes que parecen de ciencia ficción. Así que cuando se trata de acontecimientos aparentemente imposibles que tuvieron lugar en bases militares, ¿Podríamos estar seguros de que se trata solo de un mito?
Una historia en particular ha despertado nuestra imaginación, una historia de más de setenta años se niega a caer en el olvido. Podría ser el mayor secreto militar de todos los tiempos: la teleportación de un destructor en su totalidad! La historia del “Experimento Filadelfia“.
La historia comenzó en 1955 en Michigan, por un hombre que se negó a hundirse en un mundo de intrigas y verdades a medias. Morris K. Jessup, un científico con un título en Astronomía y una confianza inquebrantable en tecnologías aún no descubiertas y probadas, estaba convencido de que los alienígenas eran capaces de curvar el espacio-tiempo para cruzar vastas distancias interestelares, pero desafortunadamente para él, en aquel momento los OVNIs atrajeron la atención de Hollywood, por lo que le fue difícil que la comunidad científica le tomara en serio. El 13 de enero de 1956, Jessup recibió un mensaje que cambiaría su vida. Comienza una de las más duraderas leyendas científicas de todos los tiempos. En esa carta dice que doce años atrás, en plena II Guerra Mundial, la armada llevo a cabo experimentos en un destructor altamente sofisticado, el USS Eldridge, haciendo que literalmente se disolviera en el aire. Parece que durante una de las pruebas, la nave se re-materializo a trescientos veinte kilómetros, antes de desaparecer otra vez y volver a aparecer en Filadelfia.
En la carta dice que la tecnología que permitió hacer la nave invisible, es atribuida a Albert Einstein. El genio secretamente podría haber desarrollado una teoría unificada para atar todas las leyes de la física. “Seguramente era algo que estaban tratando de conseguir durante tantos años,” dice James S. Ottaviani, ingeniero nuclear e historiador.Ottaviani agregó “Si conseguimos este refinado sistema de ecuaciones que explica cómo funciona el universo, tal vez podemos hacer algo con estos datos: deformar el flujo de la luz, alterando la relación entre espacio y tiempo, la teleportación o hacer las cosas invisibles.”
Einstein confirmó que trabajaba en esta teoría, sin embargo, nunca lo había probado. Pero el autor de la carta a Jessup afirma que lo hizo en secreto y en el corazón de la segunda guerra mundial, la armada ha utilizado sus ideas sobre la deformación del flujo de luz para desaparecer el destructor. “Vemos un objeto porque la luz lo ilumina”, dice David Maiullo, un físico en la Universidad de Rutgers. “Aplicando la teoría del campo Unificado podría desviar la luz, por lo que no toca el objeto más sino que le rodea”.La carta también habla de los problemas de esa tecnología. Los potentes campos electromagnéticos que solían deformar el espacio-tiempo asesinaba a los marineros, mientras que otros quedaron locos o a trapados en el fuselaje del barco ¿Puede haber algo de verdad en tales declaraciones científicas?
“El cerebro trabaja básicamente con electricidad,” explica el Dr. Sean Montgomery, neurocientífico, “los impulsos eléctricos establecen una comunicación entre las neuronas del cerebro y, por lo tanto, los campos electromagnéticos realmente pueden afectar su operación. Por ejemplo, existe el llamado “Casco de Dios” a través de la cuales las ondas electromagnéticas puede producir alucinaciones”.
Según el autor de la carta, los sobrevivientes fueron obligados a firmar cláusulas de confidencialidad. De aquellos que no firmaron fueron imposibles de rastrear. El autor afirma ser un testigo, un marinero de un barco que podría generar la ira de la Marina de Guerra al revelar el secreto nacional y que se identificaba como Carlos Miguel Allende.Jessup no está seguro: o es el más grande y más escandaloso encubrimiento de todos los tiempos, o todo esto son los desvaríos de un loco. En la armada no existe ningún Carlos Miguel Allende y ninguna parte de su extraño relato coincide con los documentos oficiales de la USS Eldridge.
“No hay evidencia de que el experimento Filadelfia realmente ocurrió, ni evidencia que la nave estuviera en Filadelfia”, dijo Jason Stroming, fundador de la Sociedad Paranormal de Nueva York. “Según los diarios era en las Bahamas, pero si usted desea cubrir un experimento polémico así tal vez este anotado en los libros de registro.” Pero hay algo curioso que valida el contenido de la carta: en 1943, justo en el momento de la presunta desaparición de la USS Eldridge, la Marina de los Estados Unidos estaba trabajando con Albert Einstein en un proyecto centrado en la teoría del Campo Unificado, justo lo que Allende habla en su carta. Durante meses, Jessup escarbo a través de archivos militares, siguiendo cada rastro e investigo todos los contactos, pero sin resultados, o es lo que él pensaba. En la primavera de 1957, Jessup fue contactado por la Oficina de Investigación Naval (Office of Naval Research, ONR). A Jessup no se le pregunto como recibió esa carta, ni como descubrió la historia del experimento en Filadelfia, pero se encontraba como un sospechoso. La acusación se basa en un libro escrito por Jessup ,The Case for the UFO, un examen del fenómeno OVNI en el que teorizaba los medios de propulsión que un platillo volador del estilo de un OVNI podría utilizar. A Jessup se le muestra una copia de su libro lleno de anotaciones en los márgenes y los militar quieren saber quién lo escribió. Al parecer, Jessup reconoció la caligrafía de Carlos Miguel Allende. “La Armada lo tomó muy en serio,” tratando de encontrar a Allende, dice Stroming. “Ellos no pudieron encontrarlo y pensaban que podría saber algo que ellos no sabían”.
¿Allende fue consciente de hechos desconocidos para la Marina de Guerra estadounidense, o había algún secreto que no debía ser revelado? Recientemente, un investigador llamado Jack Voleite, sugirió una explicación posible: una tecnología secreta llamada “la desmagnetización.” Durante la II Guerra Mundial, la Armada de Estados Unidos dijo que haría naves invisibles, pero no en una forma comprensible para todos.
“Las naves están hechas de acero, con las características magnéticas,” dice Maiullo. “Durante la segunda guerra mundial hubo una nueva arma secreta, las minas magnéticas, que eran atraídas por el acero, y que hacia explotar la nave. Se busco una solución, y se inventó un sistema llamado “desmagnetización”, grandes bobinas de alambre colocado en la nave que tenía un campo magnético, así que cuando un barco atravesando una zona minada, no explotaba porque la nave era magnéticamente invisible.”
Pero Jessup no sabía nada de desmagnetización y continuaba hallando un camino a través del cual los OVNIs y la Marina de Guerra superaron las barreras del tiempo y del espacio. Mientras tanto, habla con un amigo que recibía llamadas extrañas y que alguien lo seguía. La ex esposa de Jessup dice que Allende fue a verlo y que había hecho copias de sus libros con las notas en el margen. Ninguna de estas afirmaciones puede ser verificada, pero apoya la teoría que quizás había alguna conspiración alrededor de Jessup y Allende. ¿Pero Jessup, realmente tiene algo importante en sus manos, o se estaba volviendo cada vez más paranoico?
Jessup hizo una cita con un compañero científico, un oceanógrafo, el Dr. Manson Valentine, para compartir lo que él consideraba un descubrimiento importante en la historia del experimento de Philadelphia. Pero la cita no ocurre. Ese mismo día, Morris Jessup fue encontrado muerto en su coche. Todo apunta a un suicidio.
“Muchos creen poco probable el suicidio de Jessup cometido antes de una reunión importante. Al parecer un médico con el nombre de Reed lo declaro muerto, pero nadie ha sido capaz de localizarlo, ni nunca se realizo una autopsia en el cuerpo de Jessup” concluye Stroming. ¿Jessup había descubierto algo que lo condujo a terminar su propia vida? ¿Y el escurridizo Carlos Allende? Después de la muerte de Jessup, los investigadores afirmaron haber descubierto la verdadera identidad de Allende. Fue Carl Allen, oriundo de Pensilvenia. Que había sufrido de problemas mentales y delirios, pero durante la segunda guerra mundial estaba en la Marina de guerra, como fue escrito en las cartas.
El experimento
Se decidió que la teoría científica sea probada en un experimento práctico. El tiempo – octubre de 1943, el lugar – el Depósito Naval de Philadelphia, el vehículo elegido – Clase Artillería, Destructor Escolta U.S.S. Eldridge, designado DE-173. Lanzado apenas cuatro meses antes del 25 de julio de 1943 el Eldridge ya había visto acción en los teatros del Mediterráneo y el Pacífico.
El Eldridge fue equipado con dos generadores masivos, capaces de generar hasta 75 kilovoltios amperios cada uno, así como una serie de transmisores de RF, amplificadores de potencia y bobinas magnéticas para distribuir el campo electromagnético alrededor de la nave. Llegó el momento de iniciar el experimento.
A bordo del barco S.S. Andrew Furuseth, los miembro de la tripulación Carlos Miguel Allende observaron el experimento. Nadie podía prever lo que vieron ese día. Los gigantes generadores zumbaron en vivo mientras el campo electromagnético alrededor de la nave se intensificó, los observadores, incluyendo el marinero Allende comenzaron a presenciar fenómenos extraños.
Una niebla verde se desarrolló alrededor de la línea del agua y ascendió hacia arriba, eventualmente envolvió a la nave entera. Poco después de envolver al Eldridge, la niebla comenzó a disiparse.
Lo que fue revelado aturdio a todos los presentes… El Eldridge desaparecio!
Donde estaba anclada el Eldridge ahora estaba una aparente agua calmada. ¿Pero dónde estaba el Eldridge? No podría hundirse en un corto período de tiempo. Sólo uno puede sacar una conclusión: el Eldridge había quedado invisible, no sólo para el RADAR como era de esperar, sino también para la visión humana.
La orden fue enviada al Eldridge, ahora invisible, para apagar los grandes generadores. En una aparente inversión del efecto, la niebla verde regresó y lentamente cedió. Ante el asombro de los espectadores el Eldridge había regresado.
Sin embargo no todo era de maravillas a bordo del Eldridge. Los miembros de la tripulación informaron mareos y nausias, algunos no lo soportaban. Inmediatamente se decidió que este equipo en particular no se usarían para cualquier otro experimento.
Un segundo experimento con un nuevo equipo se llevó a cabo, con el objetivo de simplemente desviar el RADAR. No mucho se sabe sobre este segundo experimento y los testigos son difíciles de encontrar.
El experimento #3
Sin embargo es el tercer experimento, produjo los más extraordinarios resultados. La configuración de los generadores electromagnéticos había sido alterados para intentar lograr la invisibilidad al RADAR, pero evitar el efecto de invisibilidad que aparentemente se había logrado con el primer equipo.
Los generadores fueron accionados por una tercera vez, la niebla verde ahora familiar comenzó a engullir el Eldridge. Pero de repente, algo falló espectacularmente. Un enorme flash azul emanó del Eldridge y cuando los observadores recuperaron su vista llegó a ser obvio – el Eldridge ya no estaba allí.
Se supuso que el efecto de invisibilidad de la primera experiencia había vuelto, pero que se pondría en cuestión por un avistamiento extraordinario en Norfolk, Virginia. Observadores en Norfolk informaron haber visto al Eldridge a simple vista durante varios minutos, sólo para que en un parpadeo apareciera fuera de la existencia solo en un instante. En el mismo instante, el Eldridge reapareció en el Deposito Naval de Filadelfia.
Al parecer, a salvo en casa, el Eldridge recibió un grupo de abordaje. Lo que encontrarían desafiarían todo el conocimiento convencional.
Algunos de la tripulación exhibieron las mismas náuseas como el primer equipo, pero aún más la investigación reveló que varios miembros de la tripulación habían simplemente desaparecido. El fenómeno más impactante fue el descubrimiento de cinco miembros de la tripulación que fueron parcialmente ‘fusionados’ en los sólidos tabiques herméticos y en otras partes metálicas de la estructura del buque. En 1946, después de su participación en los experimentos el Eldridge fue puesto de comisión en reserva, sólo para ser transferido bajo el programa de asistencia de defensa mutua a Grecia en 1951. El Eldridge sirvió en la Marina Griega bajo el nombre de Leon HS hasta que fue desmantelamiento en 1992. La nave fue finalmente destruida para chatarra en 1999.
¿Los científicos sin darse cuenta habían tropezado con una técnica para producir efectos de teleportación? ¿Fue la aparición del Eldridge en Norfolk un espejismo? ¿Que podría haber causado que los miembros de la tripulación sean unidos a la estructura de la nave?
Este entero escenario está lleno de preguntas que tal vez algún día se sepa. O tal vez ya son conocidos por unos pocos. Varias decadas despues, muchos seguiran buscando respuestas a lo que ocurrió en 1944. Aunque una cosa es segura, el Eldridge se llevó su secreto a la tumba.