EDITORIAL
Por Martín Álvarez
A dos meses de la partida de mi padre, decidimos seguir adelante…
De parte de toda la familia agradecemos la inmensidad de mensajes, homenajes, y saludos que recibimos por todos los medios…
Se hizo difícil este tiempo… ver sus fotos, organizar sus cosas, comprender como teníamos que continuar con su legado…
El proceso de aceptar que ya no está entre nosotros nos está costando un poco, ya que era un pilar para toda la familia…
Emocionados vimos la impresionante demostración de amor que hubo de miles de personas ante su partida a las estrellas… entendimos la profunda y amorosa huella que dejo su paso por la vida… y humildemente trataremos de ser consecuentes y continuar de algún modo con esa misión que heredamos… tratar de compartir una visión distinta a la que comúnmente nos tienen acostumbrados…
Su trabajo como comunicador social fue ejemplar. Fue un visionario a la vanguardia.
Llevado por una curiosidad imparable y en un proceso sin pausas, logró a través de su trabajo transmitir infinidad de mensajes y compartir una energía y una visión única.
Mi viejo estaba adelantado siempre a su tiempo… intuía con precisión lo que venía y su mirada si bien estaba en el ahora, escudriñaba el futuro y lo presentía con certeza.
Siento que través de los años, con el paso de las diferentes luchas que emprendimos y con este enmarañado y misterioso mundo develándose a si mismo día a día, su visión se agudizo y así también creo, su dolor al percibir esta realidad construida básicamente a mentiras e injusticias.
Siento que su cuerpo mismo transmuto como pudo toda esa carga y que tal vez fue demasiado en el tiempo.
Mi viejo no se dio respiro… hasta el final laburo en lo suyo y seguía de cerca este cambiante y a veces absurdo devenir.
Le dolía ya en el final siento, ver a esta “tierra y su gente” tan sumisa y atrapada a la avasallante tecnología y sus intereses en su mayoría mezquinos.
Trató de encontrar faros de luz en la neblina y así tratar de compartir algo nutritivo para las almas. Aporto desde su lugar con su ojo crítico y su dulzura a la vez, semillas para el renacer de una nueva conciencia.
Creía en la esencia del amor y que el hombre tarde o temprano tendría que despertar de su hipnosis colectiva hacia un mundo nuevo más conectado a nuestras raíces ancestrales y más comprometido a reinventarse hacia un futuro más justo y luminoso para tod@s…
Su corazón creía de verdad en la hermosa tierra y su gente, en sus maravillas y en el potencial desconocido e infinito de este planeta y todos sus reinos.
Sentimos que hoy su ser esta pleno descubriendo el universo y sus seres y que desde allá, está acá inspirándonos a no caer…
A no perder la esperanza
Aquí y ahora… a cada día su afán…
Todavía mucho por hacer… mucho por compartir… mucho para seguir creyendo y creando
Gracias a tod@s por sus cariños!…
Con mucho amor seguimos!…