El 28 de Septiembre de 1978 en la ciudad del Vaticano, un mes después de ser elegido Papa, moría Juan Pablo I en misteriosas circunstancias. Albino Luciani, se desempeñaba como Obispo de Venecia cuando en 1972, por orden del papa “Paulo VI”, el Banco Vaticano vendió al Banco Ambrosiano la Banca Cattolica del Veneto.
Esto enfureció a Luciani, ya que conocía los vínculos del Ambrosiano con la mafia. Cuando en Agosto de 1978 falleció Paulo VI, el cónclave vaticano eligió a Albino Luciani por encima de Giuseppe Siri y Karol Wojtila. Luciani eligió el nombre de Juan Pablo I. Luciani humanizó el papado, abrazó la humildad para la iglesia, fue el primero en rechazar la ostentosa silla gestatoria y transfirió parte de los ingresos vaticanos a las iglesias del tercer mundo.
Entre la agenda heredada del papa anterior, debió recibir al dictador Argentino Jorge Rafael Videla, Luciani lo trató bastante mal y le hizo un enérgico reclamo por sus violaciones a los derechos humanos, la entrevista duró menos de 10 minutos y Videla se retiró enfurecido. Luciani no quería estar relacionado con evasión de impuestos, movimiento ilegal de acciones y lavado de dinero, especialidades del Banco Ambrosiano a cargo de las finanzas Vaticanas.
Por ello encargó que le facilitaran los libros contables del vaticano, era el primer Papa en pedirlos. 33 días después de asumir el papado y mientras estudiaba esos documentos en su escritorio, se descompuso y murió de un infarto. La cúpula vaticana no permitió una autopsia y comenzó de inmediato el proceso de embalsamamiento.
Originalmente se dio la versión que la mucama Sor Vicenza Taffarel lo encontró en la cama, pero la versión se desvaneció rápidamente agitando las versiones de un complot para asesinarlo. El investigador inglés David Yallop accedió a documentos secretos donde constaba que tuvo vómitos previos y confirmó que la versión de la muerte mientras dormía era falsa. Concluyó que se le había administrado un vasodilatador en dosis mortales para doblegar su corazón, cuyos análisis previos a asumir el papado lo encontraban en perfecto estado de salud.
Juan Pablo I fue el último Papa Italiano. Su sucesor Karol Wojtila eligió el nombre de Juan Pablo II en su honor pero suspendió todas las investigaciones bancarias, suspendió las transferencias a las iglesias del tercer mundo y regresó a las opulencias tradicionales.
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