Una de las tendencias más fuertes del diseño en los últimos años es la creación de objetos con materiales que no dañen el medio ambiente y que sean posibles de reciclar para poder reducir la cantidad de residuos.
Con esta idea, Alex Henige, graduado en Ciencias y especialista en Tecnología Industrial y Packaging, inventó junto a su equipo la llamada “Seed Embedded Coffee”.
Se trata de un vaso de papel fabricado con material biodegradable que contiene, en su base, semillas de especies autóctonas de cada región.
Un diseño sustentable cuyo objetivo es reemplazar los millones de tazas que cada año se generan en el mundo y que van a parar a los mares o los basurales, provocando efectos nocivos al planeta.
¿Cómo funciona la taza con semillas incrustadas?
Las tazas son fabricadas con materia prima de origen vegetal que es biodegradable. Una vez que se elabora la estructura, se “incrustan” en la base del vaso semillas nativas de las regiones donde se distribuye el producto terminado. Este aspecto es importante para conservar la biodiversidad propia de cada zona.
Ni el calor, ni el líquido, ni la manipulación de la taza afectan a las semillas ya que el material las envuelve y las protege con eficacia.
Aparte del valor agregado de las semillas, el diseño se completa con las instrucciones para el consumidor impresas en la base, donde se indica el procedimiento para que el vaso pueda cumplir con el objetivo propuesto: reforestar, plantar flores y embellecer el paisaje con más verde.
¿Qué hago con la taza reciclable?
Una vez consumida su bebida, solo tienes que desenredar el vaso, sumergirlo en agua y enterrarlo. La naturaleza se encarga de la biodegradación que llevará unos 180 días. En ese tiempo los materiales que se descomponen aportan nutrientes al suelo, las semillas germinan y las plantas comienzan a crecer.
Otra ventaja de este producto es que, si el consumidor tira el vaso al contenedor de basura, se biodegrada en 200 días. Esto se contrapone con los 20 años necesarios para que se descompongan las tazas de papel convencional o el desastre ambiental que provocan las tazas de plástico, casi indestructibles.
El reciclado: un buen negocio para todos
Existe la idea falsa de que los productos “verdes” son más caros, pero esto no es verdad. Las tazas con semillas cuestan lo mismo que las reciclables, por lo que el cambio para los locales no supone cargos extras, pero si les aporta un salto de calidad y los posiciona como una marca ecológica.
La propuesta de Alex y su compañía es causar un impacto positivo en cada comunidad y en el medio ambiente, involucrando a las personas para que hagan la diferencia con la simple acción de llevar el vaso a casa o a algún espacio verde para enterrarlo y así aportar una nueva planta al ecosistema.
Evidentemente, este tipo de productos es beneficioso para los dueños de las cafeterías, para sus clientes y para el medio ambiente. Cuidar el planeta es una responsabilidad para todos.