En una imprescindible charla con Conclusión, el médico y profesor universitario, interpeló al modelo productivo brindando detalles sumamente interesantes. Un camino estoico en defensa de la salud por sobre la renta de unos pocos. Una entrevista imperdible en el ciclo de Conclusión “El grito de la tierra”.
Por Alejandro Maidana
Damián Verzeñassi es un conocido médico y profesor que hace muchos años viene haciendo las veces de Quijote en una batalla que parece librarse contra molinos de viento. Sus invalorables investigaciones han servido de ariete para poder avanzar en distintas organizaciones que ayudaron a retraer en metros la zona de exclusión para poder fumigar. Una entrevista imperdible en el ciclo de Conclusión «El grito de la tierra».
El profesor de la Facultad de Ciencias Médicas de Rosario, sigue impulsando lo que se ha convertido en un verdadero faro para la práctica final de la carrera constituida por los Campamentos Sanitarios. Pisar territorios fumigados, relacionarse con sus habitantes, conocer sus experiencias, saberes y luchas, apartarse de la abulia citadina para animarse a socializar con los más vulnerables.
La resistencia a la utilización de agrotóxicos, sigue referenciándose como una de las luchas más nobles y desiguales que existen en la actualidad. En ese marco, Damián Verzeñassi fue tajante con respecto al daño que originan los mismos y los mitos que los rodean. “Hoy debemos decir que aquellos mitos se han convertido en falacias, ya que no solo la OMS (Organización Mundial de la Salud) a través de su agencia nacional para la investigación sobre cáncer, ha reclasificado la mayoría de los químicos utilizados en el modelo agroindustrial (al menos en nuestro país) como probablemente cancerígeno, o directamente cancerígeno”.
Dos de los más utilizados en Argentina, fueron catalogados como nocivos para la salud, “los herbicidas que son a base de glifosato y el 2,4, con las monografías 112 y 113 respectivamente, pudieron comprobar luego de una serie de estudios, que son probablemente cancerígenos. Los pocos estudios existentes con animales, pudieron comprobar el daño que originan, faltaría que convoquen a un grupo de humanos para experimentar con ellos y poder ver los efectos letales. Eso representaría retroceder aún más que Helsinki, entonces como saben que eso es inviable, las corporaciones siguen avanzando por ese lado, no obstante es imposible esquivar el impacto que producen en nuestro sistema endócrino estas sustancias químicas”, enfatizó Verzeñassi.
Sobre los commodities que nos han impuesto como alimento, el profesional de la salud indicó: “Es preciso destacar que no hace falta que nos fumiguen de manera directa, ya que esa fumigación es la que llevamos arriba de la mesa cotidianamente. Un relevamiento de un valiente abogado de la ciudad, el doctor Zárate, reveló después de recorrer una serie importante de verdulerías, que el 75% de las frutas y verduras poseen agroquímicos. Que quede claro que esto no es una campaña contra las verdulerías, nosotros queremos que nuestros productores lo sigan siendo, pero que paulatinamente muten hacia una producción agroecológica”.