Por Jorge Álvarez
Cuando te toca vivir una dura, el mundo de la violencia, la vida en peligro, la urgencia de un accidente o ataque. Cuando te das cuenta que necesitas ayuda, que dependes de otro, que recurrís por asistencia, los sentidos se te afinan, la observación se agudiza, tu accionar y reacción se tensa y allí comprobás con que contás. Ahí estás en el Cullen…
ESO ME PASÓ el 25 de diciembre cuando un sicópata asaltó a mi hijo Martín en su casa de Rincón, destrozándole la cara.
Pudo haber muerto, pudo tener consecuencias siempre más grave. Nos consolábamos. Y allí me reencontré con el Cullen. Con su atención, rápida, eficiente. Su gente anónima, dispuesta, entrenada. En su internación constatamos más cosas: el trato, la atención, la organización, la mística.
El Dr.Juan Pablo Poletti, su director, está haciendo gran trabajo. El Dr. Marozzi, el especialista que lo operó con todo su equipo, las enfermeras, la cocina, la farmacia, la atención, nos pintaron un cuadro que nos hizo sentir orgullosos. Que no es poco. En un mundo de tantos problemas y desencuentros, vaya para el Hospital Cullen y toda su gente, estas pocas pero sinceras palabras: AGRADECIMIENTO Y RECONOCIMIENTO.