Ricardo Mascheroni – Docente
Dijo Abraham Lincoln: “Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo.”
Desoyendo este consejo, las élites gobernantes en muchos lugares del mundo, creen todo lo contrario y persisten en sus engaños perversos.
Están convencidos de lo siguiente: “Los dueños de Chile somos nosotros, los dueños del capital y del suelo; lo demás es masa influenciable y vendible; ella no pesa ni como opinión ni como prestigio”, dijo el bisabuelo de Eliodoro Matte Larraín, actual mandamás de una de las pocas familias que controlan el grueso del Producto Interno Bruto (PIB) de Chile. Esos procederes están provocando pronunciamientos de resistencia populares, de una magnitud pocas veces vista en distintos latitudes y la incubación de otros que empiezan a fermentar.
En pocos días hemos asistido a protestas de envergadura en Ecuador, Chile, sin dejar de mencionar a los “chalecos amarillos” en Francia, entre otros, que interpelan la injusticia de los poderosos y que demuestran que los ciudadanos están hartos y no están dispuestos a seguir soportando el avasallamiento de sus derechos.
En un momento, según Thierry Meyssan que en su nota “El nuevo mundo surge ante nosotros”, dice: Estamos viviendo algo que sólo se ve una o dos veces cada 100 años. Está surgiendo un nuevo orden mundial y todas las referencias anteriores desaparecen. Los que antes fueron increíblemente vilipendiados ahora triunfan mientras que los que solían dictar su voluntad están en pleno descenso al infierno. Es cada vez más evidente que las declaraciones oficiales y las interpretaciones que los periodistas divulgan ya no corresponden a los hechos. Los comentaristas tendrán que cambiar de discurso, rápida y radicalmente, o van verse barridos por el remolino de la Historia.”
Argentina frente al engaño permanente de un gobierno que mintió, desde antes de las elecciones de 2015, y el desplome de su economía, pudo campear el temporal, gracias a la actitud madura y responsable de su dirigencia política, social y sindical, que sin renunciar a la movilización popular, privilegió lo electoral por sobre todo otro atajo, para canalizar su descontento a las políticas neoliberales implantadas.
Ello posibilitó la construcción del Frente de Todos, integrado con un amplio y heterogéneo abanico de sectores de la vida ciudadana, que se expresó este 27 de Octubre, con un resultado claro y contundente, que transformó en realidad el slogan popular de “MACRI YA FUE”.
Pese a que gran parte de los argentinos se expresaron contra la derecha y en muchos, resabios autoritarios, partidarios del bolsonarismo y de la mano dura que encarna el presidente.
A partir de este momento se abre un tiempo de esperanzas, que no será fácil, ni un lecho de rosas, sino todo lo contrario, producto de la pesada herencia que deja la gestión en retirada.
El que crea que a partir del resultado electoral los graves problemas que padece el país se solucionan, se equivoca de cabo a rabo, ya que sólo asoma un panorama esperanzador, que podrá remontar la dura cuesta en la medida que quienes han sido consagrados para dirigir el destino del país, tengan la inteligencia, la prudencia, la generosidad y la amplitud que los tiempos imponen y generen políticas públicas de cara al futuro, sin revanchismos y con un apego al cuadro normativo que sirva de ejemplo a los tiempos por venir.
Nada será fácil, pero nada es imposible, con buena voluntad y el acompañamiento social sin exclusiones de todos los sectores. Es momento como decía Raúl Alfonsín, de que: “dejemos para más adelante la discusión acerca de los aspectos más sofisticados de la ideología de cada uno. Aquí se trata de poner en marcha políticas de salvación nacional.” “No habrá radicales ni antirradicales, ni peronistas ni antiperonistas cuando se trate de terminar con los manejos de la patria financiera, con la especulación de un grupo parasitario enriquecido a costa de la miseria de los que producen y trabajan.”
A partir de ello, podremos encarar con posibilidades de éxito, la aventura de vida de poner de pié a la Argentina.