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La ciudad de Buenos Aires acaba de prohibir completamente el uso de teléfonos celulares en escuelas primarias y durante horarios de clase en escuelas secundarias. Santiago Bilinkis, conocido divulgador científico y escritor argentino, realizó una columna reciente donde pone en debate la pregunta del millón. ¿La solución es prohibirlos o hay que adaptarse?
El impacto negativo de los celulares en la educación y la concentración es real y no admite mucho debate. El punto es que el colegio es un lugar donde es especialmente importante que la atención esté puesta donde tiene que estar y no dividida por los picos de dopamina o las interrupciones constantes.
Bilinkis investigó porque la decisión de prohibir los dispositivos en escuelas es tan polémica y está pasando en un montón de lugares del mundo. El tecnólogo realizó una encuesta que contestaron más de 4.000 personas, incluyendo chicos, docentes, madres y padres. En la primaria hay consenso casi total: todos consideran que el uso de teléfonos en la escuela primaria es inapropiado.
Efecto distractor del celular
En un estudio muy interesante se observó el mismo grupo de gente sin celular, otro con el celular arriba de la mesa y otro en el bolsillo a quienes les pidieron hacer una tarea que requería mucha concentración y atención. Los que tenían el celular solo apoyado rindieron mucho peor que los que no tenían el celular apoyado arriba de la mesa sino en el bolsillo. O sea, basta que el celular esté visible para que ejerza su efecto distractor. ¡qué locura!
En definitiva el celular en las escuelas no tendría que estar ni en la mesa. Por eso algunas escuelas usan unas cajitas donde los chicos depositan sus teléfono al entrar al aula.
El estudio muestra que no solo la presencia del celular jode, sino la anticipación de la notificación. El hecho de estar pensando si la notificación está o no está, ya consume recursos mentales que te baja tu capacidad para realizar tareas complejas. Eso es en el aula, y en el recreo? …
Doble rol
Todos sabemos que la escuela tiene un doble rol: aprender, adquirir conocimientos y un rol central: la sociabilización. En la encuesta, 72% de las personas opinaron que el celular disminuye la relación con sus compañeros, pero ahí la oposición de los chicos es total. O sea, 9 de cada 10 chicos se oponen a que les quiten el celular en el recreo. La mitad de los padres está a favor, baja un poquito de 60 a 50, pero el apoyo de los padres sigue siendo fuerte en los docentes baja de 50 a 40.
En Buenos Aires la prohibición es total en la primaria, pero permite el recreo en la secundaria.
Lo cierto es que todavía no hay buenos usos del celular como herramienta educativa. Entonces, si permitís el celular en el aula, los chicos están boludeando, no están utilizándolo como una herramienta que contribuya.
Y lo van a usar todo el resto del día. Con lo cual, abrir un espacio de tiempo donde el celular no sea por ahora una herramienta que aporte demasiado, debería ser una muy buena idea.
Ciberbullying
Hay dos razones más por las cuales es interesante la idea de prohibir el uso de celulares en los colegios.El bullying cara a cara existe y es un tema muy serio, pero el bullying a través de redes que te dan cierta distancia es mucho más frecuente ya que es más fácil agredir a alguien sin mirarle la cara. En la encuesta, 70% de la gente cree que la presencia de celulares aumenta los casos de ciberbullying.Hay varias experiencias en otros países de quitar los celulares y los casos de ciberbullying bajan considerablemente.
La segunda razón es la salud mental. Muchos estamos muy convencidos de que es fuertemente nocivo. Las investigaciones todavía no son del todo concluyentes, pero si le preguntas a la gente en la encuesta, dos de cada tres creen que jode. Incluidos los propios chicos, que supuestamente son aquellos que ven su salud mental deteriorada.
Bilinkins concluye que este tipo de decisiones se tienen que tomar en base a datos y evidencia. O sea, no es probar por probar. Si probamos y no medimos qué cambió, la prueba está desperdiciada. Entonces, lo se aprobó en Buenos Aires y también en Salta es hacer experiencias de este tipo y probar ¿qué pasa con el aprendizaje? ¿qué pasa con el ciberbullying? ¿qué pasa en el recreo? ¿qué pasa con la sociabilización? ¿qué pasa con la salud mental de los chicos? Si encontramos que sirve, va a ser una gran decisión sacar el celular de la escuela.