EDITORIAL
Hace unos días volví a ver el vanguardista y excelente film La Belle Verte o Planeta Libre, estrenado en 1996, filmado y protagonizado por la cineasta francesa Coline Serreau. Realmente una obra de arte directa a la conciencia. Una película mítica, inicialmente mal entendida, pero que pronto se convirtió en una pieza de culto. Una obra que destaca por su elegancia, ingenio y, sobre todo, por su capacidad crítica hacia una sociedad que avanzaba, ya en aquel momento, hacia un destino socioambiental inviable.
Adopta el punto de vista de una raza humana que habita otro planeta, pero lejos de parecerse a la Tierra, en aquel planeta de gozo viven en armonía unos con otros y con su entorno. Humanos conectados a sus poderes, disfrutando de la simpleza, de la naturaleza, de la tribu, y en amor y respeto con el todo que los cobija. Una visión exquisita de lo que podría ser tal vez la raza humana si no hubiéramos ido tan, pero tan lejos…
El ser humano…
¿Qué nos habrá pasado?
¿No les parece increíble que un ser con tantas capacidades y con una inteligencia deslumbrante —cuando quiere— se encuentre tan lejos de la armonía colectiva? ¿Qué tipo de poderosa hipnosis o amnesia global nos invadió, y cuándo? ¿Cómo un ser con tanta historia y misterio se encuentra en este estado de total ignorancia de sus raíces cósmicas y su profundo sentido de existencia? ¿En qué momento nos resetearon para ser esclavos de banalidades e idolatrar el vacío?
Qué tristeza da a veces el hermoso planeta Tierra y sus queridos habitantes…
La gran paradoja: en la naturaleza, todos sus componentes y especies saben bien de qué van… en armonía cumplen y se realizan… fluyen y colaboran humildes, bellos y precisos, siendo parte perfecta de ese todo en constante movimiento… Mientras aquí y ahora, la pobre mente humana, cada vez más perdida, aturdida y vapuleada, trata de entender algo, de descubrir una brizna de verdad en la maraña de mentiras en la que se construyó este presente.
¡Cuánto por hacer todavía! ¡Cuánto por limpiar y descubrir! ¡Cuántos misterios nos rodean! ¡Cuánto amor para dar y recibir!
Lo lindo es que lo que no te mata, te fortalece sin dudas… Así que, ¡ojalá! Tanto oscurantismo traiga su contracara pronto. Y, por lógica, por necesidad, ¡por amor al universo!, el ser humano comience nuevamente su camino de autoconocimiento y recuerdo. ¡Ojalá pronto brote la semilla del nuevo tiempo en múltiples ramas! expandiéndose en miles de corazones y llenen de luz y alegrías este paraíso. ¡Aho! ¡Bendiciones, planeta Tierra! ¡La bella verde… tierra de libertad!
Cuando tenga un tiempito, chequeé esa peli e inspírese, amig@!
Ponga las patitas en el suelo, agradezca respirar y disfrute del sol!
¡Mucho amor para dar! ¿Cuánto dio hoy? No se olvide de darlo todo y darle un sentido a la vida. ¡Sí, se puede!
¡Mucha amor a sus caminos!