EDITORIAL
Nací en Caracas en el ’74. Me crié yendo y viniendo de Argentina a Venezuela. Allí estaba toda la gran familia de mi madre, una familia soñada y hermosa.
Los recuerdos de mi niñez y adolescencia con mi tribu venezolana son, sin dudas, de los más lindos que puedo tener. Venezuela siempre fue una especie de ensueño, un paraíso al que cada tanto tenía acceso, y era para disfrutarlo a juro.
Bueno, hace pocas semanas una amiga oriunda también de esta perla del Caribe, regresó después de su exilio en Argentina durante un montón de años. Como productora audiovisual, no pudo más que compartir en su Instagram fractales de su vuelta a casa. Obviamente, acompañé esos recorridos tratando de ver y recordar mi tierra querida, que hace años no podemos pisar…
Era muy loco… se veía un lugar congelado en el tiempo y desgastado, empobrecido y casi oculto ya. Era evidente que las cosas estaban al límite. Después de tantos años de una idea de revolución que tal vez pudo haber sido buena, pero que con el paso del tiempo y el envilecimiento de sus dirigentes se fue degradando rápidamente a lo más bajo que podía llegar… una asquerosa dictadura, sobre todo después de la partida de Chávez.
El poder, la codicia, la avaricia, el descaro y la frialdad del que llega al lugar de su enemigo y se transforma en la misma basura que intentaba combatir los devoró… pero peor, porque el nivel de mitomanía del monigote Maduro da realmente escalofríos…
Da mucha lástima ver cómo quieren seguir manipulando y controlando en base al miedo y a las mentiras más viles a toda una nación y al mundo. Da lástima y vergüenza…
Venezuela, siendo uno de los países más hermosos y ricos del mundo, fue tragada por una narcodictadura militar de psicópatas mitómanos opresores… malísimo. Todo se fue desvirtuando hasta tocar fondo…
Antes de este último fraude electoral, quise pedirle a mi amiga que escribiera sobre cómo había visto el país a su regreso… pero ahora todo cambió de sopetón, y hasta es peligroso que ella diga algo… no sé… confío en que no y que la próxima editorial esté cargada de buena noticias y nos pueda mandar sus sentimientos in situ.
Sabemos que a este títere y a sus secuaces no les queda mucho, así que aquí estamos haciendo fuerza para que esto pronto cambie. Sí, también sabemos que a la oposición la bancan los yanquis, y eso no es para nada bueno tampoco… pero la verdad es que a esta altura… ya fue… el cambio debe venir de alguna manera, y ver cómo el pueblo venezolano aprende de nuevo a tratar de tomar el control de sus instituciones y comienza a trabajar a favor de su tierra y sus habitantes.
Ojalá los capitanes leales al pueblo se rebelen contra sus generales vendidos y den vuelta esta insostenible situación… ojalá, sea como sea algo pase, sin más derramamientos de sangre, ni desaparecidos, ni operetas políticas internacionales de dientes afilados que se relamen ante esta nueva posibilidad de acceder al control del golpeado país… ojalá, sea como sea, todo se solucione con el mayor amor del universo a favor del querido pueblo venezolano y comience un nuevo tiempo ya! aho!