AGUAFUERTES POLÍTICAS
Por Juan José Sagardía
Hace unos días me entero por el Diario, de que una Señora de 78 años que vive como tantos Adultos, Sola, que se encontraba descansando en su dormitorio, cuatro Delincuentes, pudieron ingresar a la vivienda y procedieron a buscar dinero, nos podemos imaginar la cantidad de dinero que puede tener un Adulto Mayor Jubilado, al no encontrar lo que buscaban, qué hicieron para amedrentar a nuestra similar congénere “Adulta Mayor”, la maniataron y procedieron a Golpearla como si fuera una bolsa de papa, sin ninguna consideración, con una verdadera actitud criminal.
Como Adulto, me pregunto, qué hacemos, los demás Adultos Mayores, solamente dejamos que nos golpeen, cuando nos toque y esperar que la Policía, los Fiscales, los Jueces, encuentren a los Delincuentes, cosa que en la práctica es imposible y si se los encuentra y se le aplica el rigor de la Justicia, estarán presos los días que esperan que el juicio se concrete, que lleva su tiempo y luego con un profesional Legal le haga entender a la Justicia, que se trató de un error involuntario de los Delincuentes, que nunca tuvieron esa intención, que seguramente actuaron de esa manera por la rebeldía del Adulto Mayor. Si por casualidad lo condenan lógicamente a un año de cárcel, entonces se le paga un sueldo y se le da de comer.
Mientras eso pasa los Adultos Mayores Golpeados, quedan con dificultades en la salud física y mental y se tendrá que arreglar sólo, sin percibir sueldo ni comida como el Delincuente. Además los años que le quedan por vivir, los podrá vivir con sufrimiento por unos delincuentes asesinos, que fueron premiados por la Justicia.
Los Adultos Mayores, nos merecemos semejante tropelía de los Delincuentes, que pululan por las calles con absoluta Libertad. Además contamos con la Pasividad Policial, de los Fiscales y por ende de los Jueces.
Que el Señor nos acompañe, es el único que nos queda, porque ni nosotros mismos somos capaces de elevar la voz, ni de agruparnos, ni de gritar, solamente nos resignamos, además algún miembro que Gobiernan, algún Juez, la misma Iglesia, el Defensor del Pueblo, algún otro Ciudadano, resultado NADIE. Estamos SOLOS.
Que triste final de nuestros días que deberían estar jalonados por el Amor de nuestros Hijos, Nietos, Vecinos y solamente nos queda la posibilidad que nada nos pase, que ningún delincuente, sabedor que nada le pasará, nos azoten como lo hicieron con Cristo.
Santa Fe, 12.05.24 — Juan José Sagardía