Por Jorge Alvarez.
Los Juicios de Residencia, fueron un proceso judicial por lo cual todo funcionario, antes de irse, debía someterse a un juicio que evaluaba sus actuaciones y juzgaba las denuncias en su contra.
“Que la deuda externa la paguen con su patrimonio!”, dijo Mendieta. “No puede ser que asuman un gobierno, en cuatro años dejen tierra arrasa y se vayan lo más campante”, contestaba Inodoro.
Fábricas, empresas, comercios, cerrados. Gente en la calle. Mayor pobreza, indigentes, desamparo. Economías regionales fundidas. Fuga extraordinaria de divisas, negociados, tarifazos. Mayor inflación, tasas por las nubes, recesión, devaluación. Entrega de los recursos naturales. Bicicleta financiera. Y una sensación de “OTRA VEZ SOPA”… dejó el gobierno de Macri al abandonar su mandato. Otra vez la gente penando, sufrida, estresada, acabada. Con deudas, viendo como pagar los servicios, huyendo de los bancos.
Abatida, por culpa de una política que privilegió negocios personales, olvidándose del prójimo. Antipopular, antinacional, antisocial, favoreciendo a los grandes. Obedeciendo directivas del gobierno de EEUU y el FMI.
Dejaron “tierra arrasada” dijo Fernández.
Entonces que lo paguen.
Se acabaron los privilegios. Aplicar un “juicio de Residencia” y de aquí nadie se va!
El Gobierno debe ad optar una política que favorezca a todos los ciudadanos del país, para que puedan vivir mejor, crecer y evolucionar hacia una, cada vez más, CALIDAD DE VIDA.
Hacer lo contrario es un delito, que debe ser penado, para que no olviden los políticos que son “servidores públicos”, pagados por los habitantes del país que lo contratan por un tiempo para que administren sus bienes.
“Si te gusta mucho la plata no podés meterte en política” dijo Mujica. Los valores de quien se mete en política deben ser otros.
La honradez, la verdad, la ética, el servicio, la moral.
La búsqueda de la felicidad del pueblo y el bienestar de todos los ciudadanos.
Sino buscá otro trabajo.