LA BOMBACHA GAUCHA. SU ORIGEN


En marzo de 1856, se firma el tratado de Paz que da fin a la Guerra de Crimea, que enfrentó a las fuerzas de aliadas de Gran Bretaña, Francia, Turquía y Cerdeña contra Rusia. Siendo presidente de la Confederación Argentina Justo José de Urquiza, el representante diplomático francés ante el gobierno de Paraná (Arg.), Charles Lefebvre de Bécour informó que su país estaba en condiciones de vender a un precio muy conveniente 100.000 bombachas que habían sido fabricadas para el ejército turco y que como consecuencia de la paz se habían convertido en rezago militar. Urquiza, rápidamente se entusiasmó con la forma de pago, que era el trueque por productos del país, logró la aprobación de la compra por parte del gabinete y se aceptó la oferta de las bombachas originariamente destinadas al ejército turco. Todas las bombachas fabricadas por los franceses eran del color del uniforme de dicho país, el gris «ojos de perdiz» de color blanco sucio o isabelino y éste es el origen de la bombacha gaucha que entra en Entre Ríos a fines de 1858. Muchos paisanos que traían productos del litoral a Buenos Aires, vendían también «bombachas batarazas» (en Entre Ríos muchas fueron revendidas) y como algunos de los comerciantes eran de origen árabe o turco, la fábrica de origen fue confundida por muchos. Otros sostienen, que Ricardo Güiraldes importó de Francia bombachas vascas, de donde también provino la «alpargata», pero esto fue muy posterior, recién en los comienzos del siglo XX. Hay quienes también argumentan que con el ingreso de las primeras colonias vascas, traídas por Pedro Luro en 1862, fue como se difundió la bombacha de campo y la alpargata.

La bombacha de campo, pantalones muy amplios que se angostan en el tobillo, constituye una característica particular en la indumentaria del gaucho argentino, que también tiene origen árabe, como resulta obvio al constatar que es en el mundo árabe y en especial en lo que constituía el imperio turco en el siglo XIX -que dominaba los Balcanes e incluso Grecia- donde este tipo de vestimenta se usaba. Pero fue el “Vasco Etchegaray” en el establecimiento de Alpargatas -propietaria de la marca líder Pampero- dónde comenzó la gran industria nacional de bombachas y alpargatas, y quién contribuyó a la universalización del uso de estas prendas. Corría el año 1883 en Buenos Aires, cuando la avenida Montes de Oca se llamaba Santa Lucía y era el recorrido obligado de troperos y cuarteadores. Don Juan Echegaray levantó una pequeña fábrica de alpargatas en un galpón solitario. Definida como un pantalón ancho que se ciñe en el tobillo, utilizada por el hombre de campo para trabajar, la bombacha de campo era además un detalle de elegancia para los días de fiesta, solía vestirla muy ancha, con botas usaba los extremos adentro y si andaba en alpargatas, llevaba desprendido el tobillo.

Historia

Louis-Christophe-Leon Juchault de la Moricière fue un general francés nacido en 1806 al mando del ejercito Zuavo. En 1841 diseñó el uniforme de estilo oriental y que ha sido conocido en el mundo entero; consistía en una chaqueta corta sin cuello, un chaleco sin mangas (gilet); voluminosos pantalones “Zouave” (Argelia). El uniforme distintivo de los zuavos se extendió por las fuerzas armadas de Estados Unidos de América, Estados Pontificios, España, Brasil y el Imperio Otomano. Sirvieron en la mayoría de las campañas militares del ejército francés entre 1830 hasta 1962. Durante la guerra de Crimea obtendrán fama por su participación en varias de las batallas más importantes de este conflicto. Esta fue la primera vez que los cuatro regimientos de Zuavos participarían en un conflicto fuera del Norte de África.


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