En 1876 se produjo un incidente entre el gobierno de Santa Fe, en ese entonces a cargo de Servando Bayo, y la sucursal del Banco de Londres en Rosario, por no haber acatado ésta la ley que ordenaba la conversión a oro de todas las emisiones de papel moneda realizadas por el gobierno de la provincia. A raíz de esta situación se ordenó la detención del gerente de la sucursal y la intervención de la misma.
Manuel Quintana era Senador Nacional y el asesor legal del banco al momento de la crisis, y no dudó en renunciar a su banca por «razones de salud».
Sin embargo Quintana viajó a Londres, donde propuso al gobierno de Gran Bretaña el bombardeo de la ciudad Rosario si el gobierno de Santa Fe no dejaba sin efecto la intervención del banco.
Estanislao Zeballos, testigo presencial del incidente, relata lo que ocurrió luego:
«Apenas el abogado Manuel Quintana anunció en forma intimidatoria la presencia de una cañonera inglesa en el puerto de Rosario, el canciller, con digna reacción, se puso de pie y se negó a continuar hasta que Quintana se retirase del despacho, no aceptando que un argentino fuese portavoz de una intimidatoria extranjera”. La enérgica posición de Bernardo de Irigoyen, Ministro de Relaciones Internacionales del presidente Nicolás Avellaneda detuvo la acción bélica»